Hoy, si contamos con un celular, tenemos la capacidad de retratar a personas y de documentar tanto nuestras vidas, como lo que ocurre delante de nuestros ojos. Sin embargo, la historia de la fotografía nos revela que eso que hoy nos resulta tan natural, fue algo sorprendente y novedoso.
Hoy celebramos a tres mujeres que vivieron ese momento de la historia; ellas fueron pioneras de la fotografía en América Latina, y, para serlo, tuvieron que desafiar las normas y costumbres de su época. Solo así pudieron desarrollarse en los campos del fotoperiodismo y de la fotografía artística, actividades que entonces no eran realizadas por las mujeres. Ellas son Lola Álvarez Bravo de México, Alicia “Chichi” Benavides del Perú y Sara Facio, de Argentina.
Historia de la Fotografía (México): Lola Álvarez Bravo
Dolores Martínez de Anda, más conocida como Lola Álvarez Bravo, nació en Jalisco, México en 1907 y se convirtió en una de la fotógrafas más importantes de su país. En 1925 contrajo matrimonio con un amigo de su hermano y vecino, el renombrado fotógrafo Manuel Álvarez Bravo. Lola empezó su carrera en fotografía como asistente de su marido. Fue solo cuando tuvo que completar un trabajo de su esposo para una revista porque él enfermó, que por fin incursionó en el mundo de la fotografía,
En 1934, cuando se separaron, ella mantuvo a su hijo de siete años trabajando como fotógrafa. Fue así que se desempeñó como fotógrafa artística, comercial, curadora de galería y maestra. En 1944 realizó su primera exposición individual en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. También asumió la dirección de fotografía en el Instituto Nacional de Bellas Artes. Además, en 1953 se convirtió en la primera fotógrafa en exhibir su trabajo en el Salón de la Plástica Mexicana.
Lola Álvarez Bravo contribuyó de manera importante a la historia de la fotografía. Sus retratos de personalidades notables y de personas desconocidas, así como las escenas de la vida cotidiana que fotografió con una perspectiva moderna y humana, documentan una importante etapa de la historia de su país.
Lola y Manuel Álvarez Bravo formaron parte de la escena cultural de su época, junto con otras importantes personalidades como Daniel Alfaro Siqueiros, Frida Kahlo, Diego Rivera, María Izquierdo y Rufino Tamayo. Lola desarrolló una estrecha relación con María Izquierdo y Frida Kahlo. Es así, que fue la primera persona en exhibir el trabajo de Frida Kahlo. Además, en la década de los 40 se hizo famosa, precisamente por sus retratos de Frida Kahlo.
El Centro de Fotografía Creativa de la Universidad de Tucson adquirió en 1996 el archivo completo de sus obras. Particularmente, aquellas a las cuales ella se refería como “mis fotos, mi arte” y otras tantas que eligieron de manera conjunta.
Historia de la Fotografía (Perú): Alicia “Chichi” Benavides
Alicia “Chichi” Benavides, nacida en Arequipa, Perú, es considerada la primera fotorreportera su país. Su relación con la cámara fotográfica empezó cuando ya era madre de cinco hijos, estaba divorciada y tenía 33 años. Fue entonces que un amigo la invitó a su laboratorio para revelar unas tomas que ella había hecho y empezó una relación con la fotografía que ella ha descrito como mágica.
Tres meses después de que tomara una cámara por primera vez, empezó a trabajar como fotógrafa de la página cultural de la revista “Oiga”. Ello ocurrió en los años setenta, cuando el resto de los fotógrafos eran hombres.
Durante su carrera retrató a escritores tales como Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar y Julio Ramón Ribeyro; a la poeta Blanca Varela, al pintor Fernando de Szyszlo, a la escultora Lika Mutal, al historiador Jorge Basadre, así como a presidentes, políticos, cantantes y a otras destacadas personalidades. Al igual que Lola Álvarez Bravo, Chichi Benavides documentó la historia de su país, mientras ésta se desarrollaba delante de sus ojos.
Posteriormente trabajó en la revista “Caretas” y colaboró con revistas nacionales e internacionales tales como “Newsweek” y “The Washington Post”. Además, fue ayudante del fotógrafo suizo Fredo Meyer-Henn en Berna, Suiza,. Fue becada por la UNESCO y tomó cursos de fotografía en el Instituto Antonio Gaudí y en la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde posteriormente enseñó durante muchos años. Ella siempre se ha considerado más una fotorreportera que una artista, aunque sus fotografías hablan por sí mismas.
Historia de la Fotografía (Argentina): Sara Facio
Sara Facio nació en San Isidro, Argentina, en 1932. Es egresada de la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. En 1953 se convirtió en profesora de la Escuela de Bellas Artes. Luego recibió una beca del gobierno francés para estudiar artes visuales y realizó viajes a Inglaterra, Italia, Alemania, Suiza y Austria, para profundizar sus conocimientos. Fue asistente de Anne Marie Heinrich. Es una gran fotógrafa, foto curadora y periodista.
En 1960 fundó, junto con Alicia D’Amico, un estudio mediante el cual colaboraron con diarios y revistas tanto de Europa, como de América. También fundó junto con la guatemalteca María Cristina Orive, una editorial fotográfica, exclusivamente dedicada a publicar fotografías. Ciertos de sus libros son considerados, por curadores del Reino Unido y España, como algunos de los más importantes en la historia de la fotografía. Como fotógrafa ha sido ampliamente premiada y ha expuesto de manera individual en Europa, Asia y América.
Sus retratos de los grandes escritores del Boom de los 60, de destacadas mujeres del ámbito cultural y sus crónicas visuales de momentos históricos, tales como los funerales de Perón, o su mirada personal y única de temas sociales tales como los Hospicios Mentales de Buenos Aires, son muy destacados.
En 2011, Sara Facio fue declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Su vida multifacética y sus logros son muchos y ha sido receptora de numerosos premios y reconocimientos. Sus libros y fotos se encuentran en la Biblioteca Nacional de París, en el Congreso de Washington y en el Museo de Arte Moderno San Pablo. Además, como artista, sus fotografías forman parte de importantes colecciones privadas, así como de las colecciones permanentes del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, del Museo Reina Sofía de Madrid y del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), entre otros.
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